San-Lorenzo-del-Escorial

La integración del indígena en la estructura judicial y política de la monarquía hispana.

Partiendo de que la conquista y colonización de América abarcó un espacio extendido en todo un continente con más de veintidós millones de kilómetros cuadrados solo es posible tan ingente obra de dominación con la participación principal e implicación de muchos pueblos indígenas originarios. Los españoles contaron tanto para la dominación como para sus actividades civilizatorias con el apoyo bélico de totonacas, txacaltecas, chalqueños, otomíes, cañaris, pastusos, chinantecos, cholunseses, cakchiqueles, chachapoyas, curacas tallanes, chimús, quichés, guaraníes, huancas, caquetíos, apaches entre muchos otros pueblos nativos, que se integran por aceptación sincera o por disuasión forzada, pero lo cierto es que al igual que pudo pasar en la península ibérica prerromana muchos nativos incluso multitudes y muy seguro sus elites abrazaron las ventajas o aceptaron el asentamiento europeo en sus tierras. No siempre fue una relación constante y pacífica, pero parece evidente que sin la implicación de algunos pueblos, la gran empresa no hubiera tenido ningún éxito. El mismo Cristóbal Colon contó con la alianza permanente del cacique Guacanagarix del territorio de Marien en la Isla de la Española en oposición a otros que se rebelaron contra los españoles como Caonabo, Guarionex, Behechio y Cayacoa. Ponce de Leon trabó una “Confederación” y amistad perpetua con el cacique taino Agüibana con el que planearon una expedición de castigo contra “los comehombres”, pueblo caribe que secuestraba a tainos para darse sus festines alimenticios. Múltiples pueblos acogieron con libertad el sistema de valores y normas que unos forasteros procedentes de un lugar tan remoto como es la península ibérica les estaban llevando.

Una vez más tenemos que recurrir a autoridades en la materia allende de los límites territoriales de España para juzgar con sabiduría, criterio e imparcialidad esa obra de colonizadora y civilizadora como la que nos aporta el historiador norteamericano Charles Lummis:

“Como ha sucedido con todas las naciones que han entrado en nuevas tierras, y como sucedió con nosotros mismos en la que ocupamos, su primer paso tuvo que ser la sujeción de los naturales que se le oponían. Pero no bien hubo castigado a esos feroces indios, empezó a tratarlos con grande y noble clemencia, que aun hoy no se prodiga y que en aquella cruel época del mundo era casi desconocida. Nunca dejó sin hogar a los atezados indígenas de América ni los fue arrollando, ni acorralando delante de él, sino que, por el contrario, les protegió y aseguró por medio de leyes especiales la tranquila posesión de sus tierras para siempre. Debido a las generosas y firmes leyes dictadas por España hace tres siglos, nuestros indios más interesantes e interesados, los Pueblos, gozan, hoy de completa seguridad en sus posesiones, mientras que casi todos los demás (que nunca estuvieron enteramente bajo el dominio de España) han sido de vez en cuando arrojados de las tierras que nuestro gobierno solemnemente les había concedido. Charles Lummis. Historiador norteamericano. Los exploradores españoles del siglo XVI. Pág. 157-158. Editorial EDAF 2017.

La razón de este proceder por parte de algunos pueblos nativos fue muy simple: se apreciaron las ventajas de contar con tecnologías que apreciaban, una estructura de gobierno más desarrollada y estructuras de poder con normas e instituciones sistematizadas como pudo ser en el imperio de Roma respecto a los pueblos celtibéricos con un conjunto de reglas de convivencia que los pueblos de Hispania aceptaron por serles útiles, convenientes o cuando menos aceptables para sus modos de vida.

Las leyes de indias parten desde sus inicios de la consideración de súbditos de los pobladores indígenas en condición de igualdad a los de otros súbditos de los reinos de la Corona, entre otros motivos porque hubo los mas que se comportaron como “indios pacíficos” respecto a los españoles y son los monarcas que imponen sin paliativos el mismo trato que a los peninsulares:

“Los señores Reyes nuestros progenitores desde el descubrimiento de nuestras Indias Occidentales, islas y Tierra Firme del mar Océano, ordenaron y mandaron a nuestros Capitanes y Oficiales, Descubridores, pobladores y otras cualquiera persona, que en llegando a aquellas provincias procurasen luego dar a entender, por medio de los intérpretes a los indios y moradores, como los enviaron a enseñarles buenas costumbres, apartarlos de vicios y comer carne humana, instruirlos en nuestra santa fe católica y predicársela para su salvación y atraerlos a nuestro señorío, porque fuesen tratados, favorecidos y defendidos como los otros nuestros súbditos y vasallos”.

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